jueves, 29 de noviembre de 2007

Lo que escribo a continuación bajo un solo título es un resumen de tres comentarios distintos, de Toño, Ismael y yo mismo.

LAS TÍAS BUENAS DE VILLAR
El título es de un comentario de Toño en el foro antíguo de la Villa, que continua diciendo:
"No, no escribo el título en el sentido que podrían pensar los jóvenes y algún viejo verde, aunque en ese sentido adivino (no tengo experiencias objetivas) que tampoco le faltan a Villar, sobre todo en verano. Es en el sentido de las bondadosas "tías" o matronas que abundaron en el pueblo. Para este tratamiento especial, honorífico, parecía condición necesaria ser persona casadao viuda y de cierta edad. Así no titulábamos "tía" p.e. a Maria a Pequena, Milia o a Sagrario, etc. aunque fueran de cierta edad. En nuestra ya lejana infancia, no había cajas listas (ordenadores) ni cajas tontas (televisiones) ni teléfonos móviles ni inmóviles, ni carretera, ni más juguetes que los carros con ruedas de nabos y estadullos de paja, y algún aro de llanta oxidada de bici minera, por decir algo. Más tarde en casa de Álvaro, el zapatero del taller "den baixo" había una pelota remendada de cuero que utilizábamos medio hinchada en el campizo vecino al Cementerio y que siempre se iba al río por el gol norte cuando no la paraban los espectadores, y a las huertas vecinas por el gol Sur...Pero eso era los domingos, que era cuando era posible completar equipos con jóvenes de trabajo diario en el campo en los días de labor.
Así que la mayor parte del tiempo vacacional, trotábamos por el pueblo asaltando las cocinas de las bondadosas "tías" que ya sabíamos que nos recibían siempre con cariño y alguna delicadeza gastronómica. Las recuerdo todas, p.e. en el pico del lugar la tía Argentina e.p.d. A mí siempre se me dirigía en correcto castellano, con su voz potente y cuyo timbre hacía sin duda honor a su nombre. Y recuerdo que en tiempos de la quasi tribal relación, lejos, muy lejos la Villa, era ella sola el verdadero ambulatorio de la seguridad social: Asistenta social, enfermera sanadora ... Si no me equivoco se sabía los rezos distintos, según épocas, del rosario en la iglesia y velatorios. En el centro del pueblo: El Concello Vello teníamos a la tía Encarnación Alfonso Gavela culta y también impecable bilingüe. Y ya al fondo del pueblo, en el Barreal (en el Barreal dio los primeros lloros el que suscribe) me acogía siempre con un cariño especial la tía Filomena e.p.d., la madrina política del escribidor de este artículo. Ella siempre sacaba algún choricín con pan del moreno de algún arca del suministro. Las proteínas iban directas al buche y el centeno al Pun que casi siempre era mi compañero de correrías, el can entrañable de caza que tenía el tío Serafín... Eran muchas más pero hoy sólo una más:La tía María mi abuela paterna. "Tía" para mí es un título equivalente al "Don" pero en femenino. Un status muy honorable la de aquellas señoras que, aún jóvenes, siempre iban de oscuro: escarpines, blusa, saya y "pano" negros (por dentro alma benefactora y corazón colosal) bien por haber enviudado pronto (caso de tía Amparo y tía Paula) bien por considerarse mayores antes de tiempo (la mayoría)……(Toño)

Muy bien un 10 por ese articulo de cariño y recuerdo a las "tias de villar, algunas de los que nombras yo ya no me acuerdo vaya mi especial cariño para todas las que nombro y las que no. LA TIA ANTOLINA(d.e.p.): me enseño a hacer los canistros de brimas, era ta tía que mas recados mandaba hacer a los niños pero nunca nos negábamos siempre obedecíamos. LA TIA NIEVES (d.e.p): partera ejemplar del pueblo creo que a la mayoría de esta generación nos vio nacer; gran experta también en todo lo relacionado con la matanza y los exquisitos prebes. LA TIA ENCARNACION DE CELA (d.ep): siempre con el entrañable domingo LA TIA AURORA Y MARIO (q.p.d) que nunca se enfadaban aunque le llenáramos la casa de gente LA TIA ARGENTINA Y EL TIO RAMON ( q.p.d): ejemplo de solidaridad que se diria hoy siempre estaban ahí y creo que con eso lo digo todo. y como no por cercanía LA TIA FILOMENA Q.P.D. que era nuestra 3º abuela para mi y mis hermanos "cuanta guerra le di" y cuanto la eché de menos cuando se fue a Barcelona, TIA PAULA (Q.P.D. otra abuela para nosotros etc.etc. seria imposible nombrar a todas en un solo articulo. Gracias a todas ellas siguen en mi cabeza recuerdos, leyendas, historias y saberes populares que sinceramente creo que ya no pasaran después de mi generación.Por mi trabajo que todos conocéis me ha tocado llevar a algunas de las nombradas hacia, creo que al "CIELO" porque no hay duda que merecer se lo merecen por su trabajo, bondad y la época que les toco vivir y os digo una cosa las he llevado con mi mayor respeto, cariño y admiración…..(Villar).

En los escritos anteriores se han nombrado personas que han dejado buenos recuerdos en algunos vilaregos entre los que me cuento. Yo quiero dedicar mi recuerdo a mi tía Marina que, como tenía el horno, siempre tenia pan blando y hacía unas galletas de mantequilla cuyo sabor no he podido encontrar nunca más, la tía Cristina “do Romero” que nos dejaba subir a las moras y siempre me tenía un regalo (una pera, una naranja, caramelos…) cuando los domingos después de misa le iba llevar “el buen amigo” (yo siempre por la calle de arriba) la tía Pilar “do tiu Lorenzo” que nos invitaba a café si habíamos perdido la partida (el cura solo nos pagaba 2.50 pts. Y en casa poco podíamos sacar) pues al pagar las consumiciones de los que nos ganaban no nos quedaba dinero para tomar nosotros, a tia Purifica (fideos con arroz ye patacas pa merendar con Carmen y Estrella, exquisitos) y su madre la tia Estrella "Estrella do tiu Manuelón" que es uno de los mejores recuerdos de mi infancia. Cuando mis padres subían a Teixedo ou a Serra yo quería quedar encargado a ella, nadie como ella hacia los huevos fritos con sofrito de pimientos y cebolla, manjar exquisito que ha quedado en mi paladar y en mi conciencia.Pues bien, la tia Estrella en mi recuerdo, era una mujer delgada, muy alta desde mi tamaño de niño, con un mantón negro abrigador.Cuando salíamos del rosario yo siempre me guardaba debajo de su manto en el camino a casa, "Ay tía Estrella, que friu fai". "Pois ven monin que te acurrucho" y me quedaba agarrado a su cintura, sintiendo el calor de una abuela que yo no tenia, "Pasoucho friu monin". "si, hasta mañana". "Hasta mañana, si Dios quiere". Gracias a todas por su cariño…..(Moncho).

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